Santiago 5:16 Confesaos vuestras faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo, puede mucho.

San Judas Tadeo



Siervo de Jesucristo y Hermano de Santiago

San Judas El Apostol

San Judas Tadeo

San Judas Tadeo tiene dos títulos al mismo tiempo.
EN SU EPISTOLA se declara a sí mismo como:
Siervo de Jesucristo y Hermano de Santiago. Siervo de Jesucristo San Judas creyó siempre que su único objetivo en la vida era entregarse completamente al servicio de Jesucristo. Esa entrega total de sí mismo al Maestro, le mereció, como premio, la corona del martirio. Cuando San Judas se dirige a los fieles Cristianos, lo hace como a compañeros también llamados, amados y protegidos por Jesucristo. San Judas nos dice que él fue llamado para ser Apóstol, y que esto le llenó de contento y a la vez de responsabilidad, porque tenía muy en cuenta las palabras de Jesucristo "A quien mucho se le da, se le pedirá cuenta de mucho". San Judas estuvo siempre dispuesto a dar cuenta de sí mismo. Como San Judas, todos los cristianos llamados a seguir a Jesucristo, junto con el gozo de ese llamamiento especial, tenemos también la gran responsabilidad de corresponder a tan sublime llamamiento y de estar dispuestos en todo momento a dar cuenta de los talentos o gracias que Dios nos ha dado. A medida que aumenta el conocimiento del amor de Dios hacía nosotros, así cambia también la psicología del cristiano con respecto a su modo de corresponder a Dios, amándole más y más y sirviéndole mejor, no por temor, sino por amor. San Judas estaba muy compenetrado de esta doctrina. La mejor manera de mostrarnos su amor, fué que Dios nos envió a su único Hijo y Salvador nuestro, para redimirnos, prueba que convenció a San Judas de que Dios es nuestro Padre que desea que sus hijos participen de su vida divina lo más íntimamente posible. Al decirnos San Judas, que el cristiano es aquel a quien Cristo protege, nos da a entender que el cristiano nunca está solo. Cristo, dice San Judas, está siempre vigilando a sus criaturas protegiéndolas cada vez que alguna preocupación, desesperación o desilusión los agobia en el quehacer diario. Parece que San Judas se está refiriendo a sí mismo a todos los seguidores de Jesucristo al dirigir su carta "a los amados en Dios Padre, llamados y conservados en Cristo Jesús" (1, 1). Hermano de Santiago el Menor Santiago el Menor y San Judas estaban emparentados con nuestro Señor Jesucristo. Se les llama "hermanos" de Nuestro Señor; pero hay que tener en cuenta que esta palabra hermano en arameo, como en hebreo y otras lenguas orientales, aún modernas, como en los dialectos filipinos, por ejemplo, se aplica a primos, así como a otros familiares y aun, por cortesía, a personas con quienes no se tiene ningún parentesco. La Sagrada Escritura usa frecuentemente esta palabra "hermano" en este sentido amplio. A Lot, por ejemplo, se le llama hermano de Abraham, siendo así que no era más que su sobrino. Labán es llamado también hermano de Jacob cuando en realidad era solamente tío de Jacob. A los hijos de Oziel y Aarón, así como los hijos de Cis y las Hijas de Eleazar, se les llama hermanos y solo eran primos entre sí. Sabemos que La Virgen María solamente tuvo un hijo, Jesús. Estos dos Apóstoles, Santiago y Judas, eran probablemente hijos de Cleofás y de una tal María, hermana de la Santísima Virgen; por lo tanto, Santiago y Judas eran primos hermanos de nuestro Señor y sobrinos, por tanto de nuestra Señora, la Virgen María. Santiago el Menor es más conocido que Judas su hermano, porque fue el primer obispo de Jerusalén y el primer Apóstol que sufrió el martirio. No hay que extrañarse, pues, que Santiago escribiera en su carta: "Tened, hermanos míos, por objeto de sumo gozo el veros rodeados de varias tribulaciones. Bienaventurado el hombre que soporta la tentación, pues después de haber sido probado, recibirá la corona de la vida que Dios le ha prometido (1,2-11). San Judas es conocido con TRES nombres. Como su nombre es igual al de Judas Iscariote, el traidor, cuando se habla de nuestro Santo, se hace de una manera negativa: Judas, no EL ISCARIOTE. Así el evangelista San Juan , al narrar lo ocurrido en la última Cena, se expresa así: "Dijole Judas no EL ISCARIOTE: "Señor, qué motivo hay para que te manifiestes a nosotros y no a todo el mundo," (XIV, 22) El Señor respondió a Judas que tanto El San Judas Tadeo se llama no habitarán en nosotros hasta que no Les amemos y cumplamos sus mandamientos. En el Evangelio de San Mateo, escrito en hebreo y conservado en griego, la versión autentica de la Vulgata que la iglesia usara como autentica, se da a San Judas el nombre de TADEO. Epístola o Carta Del Apóstol San Judas SALUDO: Judas, SIERVO DE JESUCRISTO Y HERMANO DE SANTIAGO, a los amados por Dios Padre, llamados y conservados en Cristo Jesús. La misericordia, la paz y la caridad abunden más y más en vosotros. Advertencia contra los falsos doctores (herejes). Carísimos: deseando ardientemente escribirles acerca a su bien estar, estoy ahora en la necesidad de escribirles para recurrirles a que luchen por la fe que ha sido enseñada a los santos. Porque se han entremetido, con disimulo, ciertos hombres impíos, quienes de antemano están destinados para este juicio, los cuales cambian la gracia de nuestro Dios en una desenfrenada licencia y reniegan de Jesucristo, nuestro único soberano y Señor. Castigo de Dios contra los incrédulos y malvados. Quiero recordarles deseo que estuvieron instruidos en todas estas cosas, que habiendo Dios salvado al pueblo de la tierra de Egipto, destruyo después a los que fueron incrédulos. A los ángeles que no conservaron su dignidad, sino que abandonaron su morada, los reservó para el día del juicio, en el abismo tenebroso con cadenas eternas. Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades comarcanas, siendo reas de los mismos excesos de impureza y entregados al pecado aborrecible, resultaron a servir de advertencia, sufriendo la pena del fuego eterno. De la misma manera amancillan estos también su carne, desprecian la dominación, y blasfeman contra la majestad. Cuando el Arcángel Miguel disputando, con el demonio altercaba sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió a hablar contra él sentencia de maldición; sino que le dijo: Reprímete el Señor. Estos, al contrario, blasfeman de todo lo que no saben; y abusan, corno brutos animales, de todas aquellas cosas que conocen por razón natural. Desdichados de ellos, que han seguido el camino de Caín, y se entregan al error de Balaam por el deseo de ganancia, y perecen como Core en la rebelión. Estos son los que contaminan vuestros convites, cuando asisten a ellos sin vergüenza, cebándose a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de aquí para allá por los vientos; árboles otoñales, infructuosos, dos veces muertos, sin raíces: olas bravas de la mar, que arrojan las espumas de sus torpezas; estrellas errantes, a quienes está reservada una generosísima tempestad para siempre. También profetizó de estos Enoc, que es el séptimo a contar desde Adán, diciendo: Mirad que viene el Señor con millares de santos a juzgar a todos los hombres, y a castigar a todos los malvados por todas las obras de su impiedad, que impíamente hicieron, y por todas las injuriosas expresiones, que profirieron contra Dios, los impíos pecadores, Estos son unos murmuradores que gruñidos, arrastrados de sus pasiones, y con sus bocas se alaban a si mismos, mientras se muestran admiradores de ciertas personas por interés. EXHORTACIONES. Sin embargo ustedes, estimados fieles, acuérdense de las palabras que anteriormente los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo les dijeron, los cuales les decían, que en los últimos tiempos han de venir unos impostores, que actuaran según sus impiadosas pasiones. Estos son los que se apartan de la fé. Hombres sensuales que no tienen el Espíritu. Uds. al contrario, carísimos elevándose a Uds. mismos como un edificio sobre el fundamento de Nuestra Santísima Fe, orando en el Espíritu Santo, manténganse en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la vida eterna. Y a aquellos que están ya sentenciados, corríjanlos; a los unos ponedlos en salvo, arrebatándolos de entre las llamas. Y compadeceos de los demás con temor, aborreciendo hasta la ropa, que está contaminada con la carne. CONCLUSION. En fin, desde que solo Dios es poderoso para conservarlos sin pecado, y así presentarlos sin mancha, y llenos de júbilo ante su gloria en la venida de nuestro Señor Jesucristo, al solo Dios Salvador nuestro, por Jesucristo, nuestro Señor, sea dada la gloria y magnificencia, imperio y potestad antes de todos los siglos, y ahora, y por todos los siglos de los siglos. Amén. Después de la muerte y Resurrección de Jesucristo, San Judas se dedicó a predicar a través de Mesopotamia por espacio de diez (10) años convirtiendo muchos al cristianismo. Finalmente, San Judas, terminó sus días con una muerte heroica, cuando los enemigos de Cristo le decapitaron por odio a Jesús. Según la tradición, sus restos mortales fueron trasladados a Roma y sepultados en la cripta de la Basílica de San Pedro. Es así como San Judas Tadeo o San Juditas como lo llaman en algunos lugares de Centro América se convierte en un santo seguido por masas incontables de gente devota. Para la Iglesia Católica Universal, San Judas es ejemplo de tenacidad y trabajo, orgullo de un verdadero hombre que dio su vida por la iglesia y todo lo que representa. Se dice también y aparece en varios sitios que la historia es “Pertenece al grupo de los 12 apóstoles de Jesús de Nazareth. Tadeo es su sobrenombre, que significa valiente. Era hijo de Cleofás y de María, primos de la Virgen María. Era hermano de Simón y Santiago el menor. Eran llamados "hermanos del Señor" según la costumbre de los judíos por ser parientes. Era dócil, atento y de hablar poco. Fue testigo de Jesús. Fue el que preguntó en el evangelio de Juan capítulo 14 : "¿Por qué, Señor, te has de manifestar con esa claridad a nosotros y no al mundo?". San Judas Tadeo Esta expresión revela su alma enamorada de Cristo y donde el amor hace latir el deseo de llevar la Buena Nueva a todos los hombres. Después de la resurrección de Jesús predicó el Evangelio, obedeciendo las palabras de Su Maestro: "Id y predicad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". La Galilea y la Judea son pequeñas para él y para su hermano Simón. Van a Egipto; luego vuelven hacia el río Eufrates y el río Tigris, llegando hasta Persia, en todas partes dejan la semilla del anuncio del Salvador. Escribe una de las cartas del Nuevo Testamento de La Biblia que expresa sus vivencias y preocupaciones. Hizo numerosos milagros. Abrieron distintas iglesias, entre ellas las de Babilonia. Fue decapitado por una turba de idólatras, en el siglo I.”